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Carreteras transitadas por las mismas personas: que buscan un futuro, que aman, que odian, que ríen, que lloran…
Hubo un tiempo en el que parecía que todos éramos modernos, guapos y ricos.
Las pesetas se convirtieron en euros, las carreteras nacionales cambiaron la N, que las identificaba, por otras nomenclaturas más modernas y europeas.
Sin embargo, seguíamos siendo los mismos: las mismas personas que buscan un futuro, que aman, que odian, que ríen, que lloran…
«N» es todo eso que, a escasos metros de las carreteras de nuestro país, nos relata lo que fuimos y lo que seguimos siendo: las mismas personas que buscan un futuro, que aman, que odian, que ríen, que lloran…









